El Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires apartó a una fiscal por el desapego reiterado a las reglas del juicio por jurados durante el proceso.
En la causa “SUAREZ GUSTAVO ANDRES S/ RECURSO DE QUEJA”, Casación hizo lugar a un recurso de casación interpuesto por la defensa del condenado, anulando la decisión de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Bahía Blanca y ordenando el apartamiento de la fiscal Natalia Ramos.
La defensa no invocó causales personales como odio, sino el "desapego deliberado y reiterado de las reglas básicas que rigen el juicio por jurados", que garantizan un “juicio justo desprovisto de información que lleve a los jurados a resolver el caso sobre bases impropias”, remarcó el fallo.
Durante el proceso se constató que la fiscal incurrió en una "actuación absolutamente desleal", al mencionar frente al jurado prueba excluida y al instar a decidir sobre "bases impropias", violando “normas básicas del enjuiciamiento penal y las directivas expresas que le había dirigido la jueza”.
El Tribunal integrado por Daniel Carral y Ricardo Maidana admitió la queja al advertir "cuestión federal suficiente en los términos de la doctrina de la arbitrariedad".
Los jueces resaltaron que los camaristas "desatendieron la complejidad de los planteos de la defensa, omitiendo cuál fue el argumento real", simplificando los hechos y refutando argumentos no alegados.
La defensa no invocó causales personales como odio, sino el "desapego deliberado y reiterado de las reglas básicas que rigen el juicio por jurados", que garantizan un “juicio justo desprovisto de información que lleve a los jurados a resolver el caso sobre bases impropias”, remarcó el fallo.
Al respecto, los jueces entendieron que pese a la advertencia del Tribunal, la fiscal "no reflexionó sobre su error, no reconoció el desapego a aquellas reglas y profundizó esa posición, al sostener que la decisión del TCP fue errada".
La sentencia también subrayó la responsabilidad de las partes en el juicio por jurados: "el funcionamiento del propio sistema exige no solo el control y dirección del juez, sino que los litigantes respeten las reglas del litigio y jueguen limpiamente".
“La decisión del jurado se tiene que basar exclusivamente en la prueba válida y pertinente para probar o refutar el hecho atribuido al acusado, excluyendo aquella que pueda condicionar indebidamente su decisión y que si bien ese control recae sobre los jueces, para lograr aquel objetivo es importante que cada parte se atenga a las reglas de la litigación, las conozca y comprenda a fin de lograr un juicio limpio, transparente donde el jurado no se vea expuesto a información de baja o mala calidad”, concluyó el fallo.