17 de May de 2024
Edición 6968 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 20/05/2024

?Un falso dilema. La síntesis superadora es la Integración Latinoamericana?

“Un falso dilema

El presente trabajo se centra en el dilema planteado sobre la vinculación entre el MERCOSUR y el ALCA, y su probable complementariedad o antagonismo. El objetivo trazado es desechar tal planteo dicotómico, por estimarlo inexacto, dado que no aceptamos ni una complementariedad servil (al estilo propugnado por Joseph Stiglitz) ni un antagonismo disfrazado en presuntas incompatibilidades jurídicas que no son tales. Los autores –formados en el ideario de la integración regional latinoamericana- son propulsores de la verdadera integración, concebida como una herramienta superadora de los niveles de subdesarrollo que caracterizan a nuestras sociedades. La conclusión es de un acendrado rechazo al ALCA (al que concebimos como un engendro librecambista con resabios notorios de proteccionismo norteamericano) sólo satisfactorio y potable para las aspiraciones hegemónicas del gran gendarme del norte que, mediante acciones político-militares y ejercicios económico-financieros, incentiven su dominio exclusivo sobre nuestras  maltratadas sociedades.

 
MERCOSUR y el ALCA

            I.- Planteo del tema.-

            El tema en abordaje nos lleva a considerar la cuestión desde una posición dialéctica entendida como un sistema abierto, en continuo cambio, fundado en nuevas experiencias y prácticas ya elaboradas, existentes y a plasmarse sobre la base de la formulación de los proyectos-esquemas habidos en la dimensión histórico social de las relaciones entre América Latina y América del Norte.-

            Centramos la búsqueda en la praxis concreta -como dimensión teórica desde un análisis pluridimensional- del aspecto histórico de la cuestión, mediante la experiencia vivida , la correspondiente a su estado actual, y la resultante de una prospectiva, según lo sepamos definir y construir.-

            No podemos soslayar la consideración de la esencia transformadora y la vocación libertaria de las relaciones sociales plasmadas entre los pueblos configuradores de la sociedad mercosureña, su proyección como relaciones sur-sur focalizadas en su devenir hacia la búsqueda de una verdadera Integración latinoamericana.-

            Esquema susceptible de armonizar los intereses nacionales y regionales en un sólido bloque que contemple –fundamentalmente- la dignidad de los pueblos que lo conformen, realizada por la actividad creadora de todos los latinoamericanos.-

            Es preciso tener en consideración nuestra identidad, que se va forjando en antagonismo con la identidad de los Estados Unidos de Norte América, vista desde su desarrollo y perspectiva, donde cabe rechazar a quienes propician o propiciaron posiciones extremas como una complementación MERCOSUR-ALCA (Ricardo Lagos, en Chile, Jorge Battle en Uruguay, Carlos Menem en Argentina, etc.).-

            a) Esa complementariedad de unirnos al hoy existente NAFTA y al proyectado ALCA para ser un solo continente (de Alaska a Tierra del Fuego) en consonancia con la Iniciativa de las Américas, lanzada en 1990 por el ex presidente Bush y como culminación de la Doctrina Monroe, apoyada por muchos de los abanderados del neoconservadurismo -quienes se hacían llamar neoliberales- de consuno con las actuales necesidades económicas, políticas y sociales del país del Norte en el marco de su crisis en la coyuntura internacional y de un deseo largamente acariciado, contradice necesariamente la formación de nuestra identidad, nuestra cultura y organización.-

            Igual actitud de recelo y rechazo tenemos hacia quienes más desembozadamente escriben –actualmente- desde la hipocresía de su experiencia burocrática vivida y fomentada en los organismos internacionales de crédito- que han obstaculizado el progreso humano en general, y el latinoamericano en particular- críticas desde y hacia la potencia dominante acerca de las consecuencias nefastas de la incorporación referida del MERCOSUR al ALCA, tal el caso del economista norteamericano Joseph Stiglitz .-

            En tal sentido son elocuentes las declaraciones formuladas recientemente por el citado Stiglitz, premio Nóbel de Economía, ex vicepresidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca durante la administración Clinton, integrante del Banco Mundial, instituciones todas ellas culpables de la asfixia económica y la desgraciada situación social en que han sumido a nuestros pueblos.-

            Expresó el autor que “...el ALCA tendría que ser inaceptable porque conduciría a una mayor inestabilidad y elevaría el desempleo en la Argentina y en América Latina”, manifestando que su país (los E.E.U.U.) “siempre fue hipócrita en las negociaciones comerciales internacionales y ahora está exportando esa hipocresía a todo el continente” (Diario HOY , La Plata, diciembre de 2003).-

            Si bien tal crítica reviste certidumbre, al menos debemos preguntarnos desde que visión es formulada y a que intereses responde; entonces la respuesta que nos surge muestra una visión sesgada, en función de direccionarnos hacia una falsa solución.-

            El enfoque de Stiglitz avanza y sostiene que “...si los Estados Unidos siguiera su retórica y fuera realmente un acuerdo de libre comercio, sin barreras agrícolas o arancelarias ni cláusulas que socaven la soberanía de algunas naciones, el ALCA sería bastante bueno para Latinoamérica”  (Diario HOY, La Plata, diciembre de 2003).-

            Esta afirmación se formula sin perjuicio que -el economista- prosigue advirtiendo “que la primera potencia mundial ya dijo que el tema agrícola no se discute, que las barreras arancelarias tampoco y que se mantiene la idea de una liberalización de los mercados de capitales americanos” (Diario HOY, La Plata, diciembre de 2003).-

               Un análisis sobre las supuestas bonanzas y el postrer despilfarro de la década de los ’90 (una nueva década infame), a la que caracterizó como una burbuja que explotó y en la cual definió a la Argentina “como un reflejo de la exhuberancia irracional” que impregnó a la economía internacional de los ’90, parece la opinión esbozada por un espectador ascético del mundo de las finanzas y no por alguien que integró el “staff” de los organismos internacionales de crédito que tan nociva influencia tuvieron en el empobrecimiento de nuestro sufridos pueblos.-

            Dejarnos embaucar por la visión economicista  de autores como el citado, llevan implícito el riesgo de aceptar –una vez más- recetas diseñadas desde el centro hacia la periferia, y olvidar livianamente lo que fue la década menemista en nuestro país, donde se implantó salvajemente el credo neoliberal, con las consecuencias padecidas.-

            Posturas como la reseñada -a título ejemplificativo- omiten analizar el inexorable antagonismo, la lucha y oposición de doctrinas, concepciones y prácticas, condición “sine qua non” para afirmar y construir nuestra propia identidad, la cual sólo puede ser realizada enfrentando con energía y madurez la política del gran gendarme del Norte en esa relación dominante-dominado sobre la cual tan claramente explicitara la -todavía vigente- teoría de la dependencia.-

            Por ello pretender una idea de complementación entre MERCOSUR y NAFTA o ALCA, significa que el esfuerzo de los pueblos latinoamericanos sólo servirá para perfeccionar algún rubro o sistema, fomentando ni más ni menos que una íntegra y perfecta unificación dependiente con los Estados Unidos, a partir de la sumisión política y la dependencia, siendo funcionales a sus intereses. En concreto nos ofrecen la panacea que -superando algunos aspectos económicos- se puede alcanzar una posición de eventual complementariedad, a la cual desde ya nos oponemos.-     

            b) La otra variante planteada en el temario -por los organizadores del evento- alude al supuesto o concreto antagonismo entre MERCOSUR y ALCA.-

            Al respecto debemos señalar que dentro del marco jurídico-institucional en que se inserta el MERCOSUR, nacido en el ámbito de la ALADI como un Acuerdo de Complementación Económica, respetando la aplicación de la cláusula de nación más favorecida y la posibilidad de extensión a terceros países asociados de las ventajas concedidas en el marco de ALADI –por una parte-, y por la otra, respetando los principios rectores que informan el comercio mundial (reglas del ex G.A.T.T. actual O.M.C. ), con las reservas formuladas para los acuerdos de integración, no existiría –en principio-  antagonismo para la coexistencia entre ambos esquemas.-

Considerando la vigencia del acuerdo marco interregional de Cooperación celebrado el 15 de diciembre de 1995 entre MERCOSUR y la UNION EUROPEA en aras de alcanzar una zona de libre comercio entre ambos miembros de la comunidad internacional,          y los acuerdos marco en negociación con la C.A.N. (Comunidad Andina de Naciones) entre otros, avalan la posición de la no existencia de antagonismo posible entre MERCOSUR y ALCA.-

Deseamos puntualizar -ello será objeto de desarrollo en el acápite siguiente- que no resulta adecuado el planteo dicotómico de complementariedad o antagonismo,  sino que interpretamos -al influjo del método dialéctico de oposición de tesis y antítesis, en procura de una síntesis superadora- que el planteo correcto se centra en profundizar la idea fuerza que le es contrario a nuestros intereses tanto una complementariedad servil (al estilo de Stiglitz) como un antagonismo sustentado en supuestas incompatibilidades jurídicas o meramente comercialistas. Lo que realmente importa  es poner de manifiesto tanto la inviabilidad del ALCA para todos los países latinoamericanos como nuestra más férrea oposición a que la Argentina en forma unilateral o como miembro del MERCOSUR, mediante una nueva versión del 4 + 1, vuelva a repetir los lamentables procederes en materia internacional que signaron a la década menemista con sus tan mentadas “relaciones carnales” con los E.E.U.U..-

            Desde una concepción del MERCOSUR que recepte el modelo que estimamos adecuado a nuestras características e idiosincrasia (que se explicitará seguidamente), democrático, participativo, socialmente justo, autónomamente soberano dentro del contexto de interdependencia del sistema global, participando en un pie de igualdad y resaltando ante todo el concepto de dignidad, va de suyo que este ideario de nuestros precursores del integracionismo latinoamericano, no se compadece en absoluto con el esquema neoliberal -simultánea y contradictoriamente proteccionista- de su mentor ideológico que conllevan implícito el ALCA y la Iniciativa para las Américas (sea en su versión profunda, como en su versión light, expresiones tan en boga en estos días).-

 

 II.- Algunos desarrollos básicos.-

            El análisis de lo expuesto puede profundizarse poniendo el acento en algunos aspectos: histórico-políticos, económicos, jurídico-institucionales, culturales, pero la brevedad del presente limita su desarrollo.No obstante ello, destacaremos algunas notas.

            1.- Los acontecimientos deben ser analizados en un contexto histórico-político y social, y en el marco de una situación de opresión y dominación inclementes realizada por los países más poderosos (E.E.U.U. y el resto del G. 7 ) por la vía de la asfixia ecónomico-financiera.-

            En aras de alcanzar su desarrollo pleno los pueblos latinoamericanos deberán afrontar el desafío de diferenciar entre dos culturas contrapuestas en la relación “centro-periferia”, plasmando un diálogo maduro entre pares, capaz de hallar un camino dentro del contexto hegemónico actual, que sea –simultáneamente- respetuoso de los derechos humanos y consolidador de los esquemas de regionalización como el MERCOSUR, de modo tal que sus beneficios se afirmen hacia su interior y se desplacen, en una dirección Sur-Sur, entre todos los pueblos de Latinoamérica.-

            Esto se vincula con la idea de la consolidación -en su personalidad jurídica (artículos 34, 35 y 36 del Protocolo de Ouro Preto)- de la sociedad MERCOSUR, desarrollando un esquema que procure identidad propia,  profundice el ideario latinoamericanista y no especule con alcanzar sólo ventajas comerciales coyunturales.-

            2.- En materia económica, la consolidación y profundización de un esquema de integración regional – tal podría ser el caso del MERCOSUR si existiera una firme decisión política de avanzar en tal sentido- puede convertirse en una herramienta válida para alcanzar niveles de desarrollo impensados si se los proyecta en forma individual. La estructuración de un mercado ampliado, con libre movilidad de los factores productivos, sustentado en instituciones supranacionales (Tribunal de Justicia, órganos comunitarios, etc.) y coordinación de políticas macroeconómicas –entre otras cosas-  apuntarían la cuestión en la dirección correcta procurando efectuar un salto cualitativo que permita superar nuestro subdesarrollo dependiente.-

            3.-Hace falta poseer un orden jurídico cierto y para ello es necesario la creación de un órgano independiente, con facultades suficientes de realizar iniciativas, con independencia de los países miembros y estabilidad relativa otorgada por todos sus  integrantes, permitiéndole controlar el cumplimiento del derecho de la integración, capaz de plantear las cuestiones públicas y privadas ante un Tribunal de Justicia.-

            Precisamente hacemos referencia a la necesidad de establecer un Tribunal de Justicia del MERCOSUR, que supere la insostenible solución arbitral existente desde la vigencia del Protocolo de Ouro Preto (1994),  con capacidad de decidir y prevenir los conflictos y descontentos entre las partes, sea mediante resoluciones obligatorias, sea instrumentando un recurso de interpretación prejudicial, como modo de afianzar  armónicamente el derecho comunitario. Su ausencia la estimamos un defecto capital y limitador de la profundización del esquema.-

            4.- Los temas culturales no poseen el debido desarrollo y concreción, y en tal sentido es ímproba la labor a ejecutar, principiando por transformar el tema de la integración como objeto de debate permanente en el ámbito público, en los medios masivos de comunicación y en nuestras escuelas.-

            Más allá de las desavenencias habidas en el devenir de la historia, lo real y concreto es la profundidad de nuestra raigambre común, esa mezcla de culturas latina o ibérica (en realidad hispano-lusitana) con sus notas de individualismo y personalismo vital; indigenista heredada de pueblos que supieron desplegar niveles de integración comunalista -criminalmente extinguidas- como mayas, aztecas, incas, guaraníes, etc. y –por último- africana, con su sello vigente en vastas regiones de nuestro continente.-

            La identidad de Nuestra América Latina se conformó en la filosofía de la liberación contra las distintas dominaciones coloniales. Se continúa en esa praxis, en proceso de síntesis –mestizaje cultural- de conformación histórica por medio de un proceso interactivo -respetuoso de diferencias- e integrador -en lo concreto- de un proyecto político democrático, participativo y solidario, en la búsqueda transformadora de justicia, igualdad, libertad y dignidad, para desarrollar su común destino independentista.-          

 

III.- En defensa de la integración latinoamericana: NO AL ALCA.-

            No debemos olvidar que la constitución del ALCA es un objetivo y un instrumento de la política exterior de los Estados Unidos que apunta a la apertura de los mercados de América para colocar allí los excedentes de su oferta exportable.-

            El objetivo –aparente- es la constitución en toda América (de Alaska a Tierra del Fuego) de una zona de libre comercio con las implicancias propias que tal concepto encierra –eliminación progresiva de las barreras al comercio y a las inversiones.-

            La implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA o FTAA, según su sigla en inglés) que procura crear por consenso de los 34 países miembros el  mercado más grande del mundo con 800 millones de personas (¿cuántos de ellos consumidores? ) y un Producto Bruto Interno acumulado (P.B.I.) de alrededor de 13 billones de dólares, se encuentra en una etapa que –afortunadamente para nuestras pretensiones- dista del escenario grandilocuente y triunfalista en que se anunció la Iniciativa para las Américas, por parte del ex presidente Bush en junio de 1990, y de la firma del Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad –que incluyó un documento denominado Plan de Acción que contenía la idea de un mercado libre continental- suscripto por los Presidentes y Jefes de Estado de los 34 signatarios en el marco de la Cumbre de las Américas, celebrada en Miami del 8 al 11 de diciembre de 1994, bajo el influjo de la administración Clinton.-

            Tal pretensión no involucra un concepto neutro, sino que apareja una afectación profunda del comercio exterior del resto de los países latinoamericanos.-

            El peligro más claro, que se pudo apreciar en las Cumbres de Miami, Monterrey y -más recientemente- en la reunión de viceministros de economía celebrada en Puebla, es la intención de los E.E.U.U. a través del denominado grupo de los 14 (Canadá, México, Chile, la C.A.N y países del CARICOM) de alcanzar un “acuerdo integral, equilibrado y multilateral”, procurando imponer una agenda negociadora que en realidad es la que interesa a la nación dominante, y sin lograr concesión alguna en los temas que hoy son de vital interés para el MERCOSUR (subsidios a la producción agrícola, y a la siderurgia –en especial el acero).-

            Otro aspecto que pretende imponer E.E.U.U. por vía del ALCA , es la libre penetración y desenvolvimiento de sus capitales de inversión -eufemismo por capitales financieros, especulativos y parasitarios-, que obtuvieron niveles de rentabilidad inusitados, en relación con el recupero probable de la genuina inversión productiva, y cuyas consecuencias nuestro subcontinente está pagando con creces vía incremento insostenible de los niveles de pobreza e indigencia en que ha caído su población.-

            No debemos perder la memoria y es, por lo tanto, obligatorio recordar que esta consolidación del aspecto rentable -verdaderos parásitos del capitalismo centralizador- se consolidó globalmente durante los mandatos de Reagan y Thatcher, pero tuvo sus “abanderados neoliberales”  en América latina a través de las “administraciones eficientes” de Pinochet en Chile, Salinas de Gortari en México, Carlos Menem en Argentina, Carlos Andrés Pérez en Venezuela y Alberto Fujimori en Perú.-

            Nos oponemos y decimos que, para todos los pueblos y naciones de nuestra América latina y especialmente para Cuba, es preciso promover un libre y justo comercio entre los hermanos latinoamericanos, como elemento integrador y consolidador de nuestros -de por sí profundos- lazos culturales. Los E.E.U.U. en sus faces interna e internacional, valiéndose del proteccionismo –inaceptable si es planteado por terceros países- y sus influencias políticas y económicas –vía F.M.I., Banco Mundial, OMC, etc.- no sólo desfavorecen sino que obstaculizan los intercambios comerciales limitando las posibilidades de nuestras economías de superar sus niveles de suddesarrollo. Esta idea de promoción del comercio no implica una contradicción, sino que -si bien pregonamos la verdadera integración- no debemos soslayar la importancia del mismo como instrumento generador de divisas, bienes y servicios indispensables para propender al desarrollo económico y social de los pueblos; porque lo social no puede ser entendido como un costo, sino resulta ser la inversión primaria y fundamental para el desarrollo futuro de las naciones; por ende los frutos del intercambio no pueden desembocar en el beneficio de unas pocas corporaciones transnacionales que hacen de la especulación y el lucro abusivo un fin en sí.-   

            Con motivo de la Cumbre de Miami celebrada entre los días 20 al 22 de noviembre de 2003, se suscitó un enfrentamiento o se planteó una hipótesis falsa entre ALCA “profundo” o ALCA “light”. Así se denominaron las propuestas esgrimidas por las dos cabezas visibles –que compartieron la presidencia de la reunión- E.E.U.U. y Brasil. El primero, mediante el apoyo de sus socios del NAFTA y de países como Chile y Costa Rica, entre otros, que tienen o negocian acuerdos comerciales bilaterales con Washington, presionaron por una mayor liberalización del comercio y por la eliminación de las barreras a las inversiones. El segundo, actuando por sí mismo y en representación del MERCOSUR , sostenía que habían cambiado la circunstancias –en alusión al año 1994-y que existiendo una nueva realidad, debían modificarse los parámetros de la negociación. Por ello, y en aparente éxito de esta última posición, es que continúa negociándose un acuerdo más laxo.-  

            Nosotros opinamos que el denominado ALCA “light” es en realidad el primer paso hacia el ALCA “profundo”; por ende no nos satisface que el MERCOSUR (con la actual presidencia “pro tempore” de la Argentina) critique la actitud del “Grupo de los 14” digitado por los E.E.U.U., pero acepte –en parte- la viabilidad de un ALCA “light” y negocie la celebración de un acuerdo “4+1”  en el seno del ALCA.

 La no discusión o solución del tema de los subsidios agrícolas y al acero, por parte de los países centrales y en el caso en análisis de los E.E.U.U., así como el tema  de las inversiones, son materias innegociables de la agenda de política exterior de la Argentina y del MERCOSUR.-

            Existen profundas e insalvables diferencias desde el punto de vista del desarrollo económico, de la estructura de los países, de las medidas proteccionistas desplegadas por cada una de las naciones; ergo, es muy difícil –casi imposible decimos- establecer una zona de libre comercio continental con las pretensiones e imposición de reglas de juego “non santas” por parte del gendarme mundial.-

            Si nos detenemos en un somero análisis de los enunciados de la Declaración de Principios, Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad: Democracia, Libre Comercio y Desarrollo sostenible en las Américas, podemos destacar frases como “nuestro progreso económico continuo depende de políticas económicas sólidas, del desarrollo sostenible y de un sector privado dinámico. Una clave para la prosperidad es el comercio sin barreras, sin subsidios, sin prácticas desleales y con un creciente flujo de inversiones productivas. La eliminación de los obstáculos para el acceso a los mercados de los bienes y servicios entre nuestros países promoverá nuestro crecimiento económico.” El remate de la retórica primer mundista expresa “...el libre comercio y una mayor integración económica son factores clave para elevar el nivel de vida, mejorar las condiciones de trabajo de los pueblos de las Américas y proteger el medio ambiente”  (Revista INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA, INTAL nº 206 , diciembre de 1994, pag. 58 y ss).-

            Otro párrafo que no tiene desperdicio enuncia que “la inversión privada constituye el principal motor del crecimiento en el hemisferio, la alentaremos, colaborando en el establecimiento de mercados más abiertos, transparentes e integrados”; con el objetivo de avanzar hacia la concreción de la integración y el libre comercio, “..crearemos una infraestructura hemisférica con la cooperación y el financiamiento del sector privado y de las instituciones financieras internacionales” centrando su accionar en sectores claves -que aseguran tasas exorbitantes de ganancias para el capital transnacional- tales como telecomunicaciones, energía y transporte, con el consecuente movimiento  eficiente de bienes, servicios, capital, información y tecnología, que son la base de la prosperidad (de las sociedades del centro y no de la periferia).-             

            La verdadera integración “es el proceso de creación de un espacio económico, político y social por la interpenetración estructural, voluntaria y solidaria de los Estados Partes, a partir de intereses comunes, que tiene como objetivo el desarrollo y cuyos mecanismos e instrumentos quedan definidos en el Tratado que le da origen”.- (Revista APORTES para la Integración Latinoamericana, I.I.L. U.N.L.P. , año I , nº 2, diciembre de 1995, pag.33)

            En un mundo que se caracteriza por su creciente transnacionalización, globalizado y a la vez interdependiente, con niveles jamás imaginados de concentración en la cima y con profundas asimetrías entre esa cima y la base (en el marco de la relación cima-base o centro-periferia), la posibilidad de desempeño de las unidades nacionales se ve sumamente debilitada.

Por ello, conscientes del valor del concepto profundo de la integración regional, es que abrevamos en ella considerándola como una herramienta válida que nos brinde mejores perspectivas de supervivencia y -a la vez- nos encamine hacia el tan ansiado desarrollo social, circunstancia que tornaría más solidario y equitativo el sistema económico mundial imperante (con los E.E.U.U. como potencia exclusiva dominante).-    

            Un error -que no podemos calificar de involuntario- fue el llevado a cabo durante la década del auge neoliberal o la nueva década infame- como preferimos denominarla- y consistió –aquí seguimos a Iris Laredo- en que “partiendo del presupuesto que la homogeneidad del grupo junto con la comunidad de intereses y la voluntad política constituyen requisitos básicos a cumplimentar por todo proceso de integración que aspire a atender y resolver los problemas de la región, la variante neoconservadora de asociarse más que con los iguales con los más poderosos para obtener mayores réditos” –y en este marco se inscribe el ALCA- “pareciera no reparar en los riesgos implícitos de un nuevo hegemonismo, derivado justamente de la asociación entre desiguales” (Revista APORTES para la Integración Latinoamericana, I.I.L. U.N.L.P., año I , nº 1 , julio de 1995pág 107).-

            A favor de nuestra posición es dable citar al sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein quien sostuvo en una cumbre antigliobalización desarrollada en Río de Janeiro en agosto del 2003 que “el ALCA es la muerte de las posibilidades que hoy tienen de lograr una mejor economía para la mayoría” (en alusión a nuestro país), y prosigue diciendo “estoy a favor del libre comercio, pero si es entre iguales” y al respecto la Argentina tuvo un importante y triste aprendizaje en la era de Menem.-     

           

IV.-  CONCLUSIÓN.-

            Desde nuestra formación integracionista –tras una fecunda travesía por el Instituto de Integración Latinoamericana de la U.N.L.P.- hemos luchado y continuamos  haciéndolo en favor de la integración regional pregonando que constituye la herramienta válida que nos permita superar nuestro subdesarrollo, e insertarnos en una mejor posición en el escenario estratificado internacional. Por tal motivo fundamos la oposición a ese engendro seudo librecambista con acendrados niveles de proteccionismo por parte de los E.E.U.U., que se ha dado en llamar ALCA, que sólo apunta hacia formas de cooperación y de integración comercialistas procurando una ampliación de mercados para colocar los excedentes de los E.E.U.U., pero que no apunta en lo más mínimo a instrumentar políticas que nos conduzcan a modificar las profundas causas estructurales que cimientan nuestro subdesarrollo y la dependencia de Latinoamérica, por tanto no podrá ser nunca capaz de superar las inequidades del sistema económico internacional en que nos hallamos insertos. Reiteramos que el ALCA no es ni complementario ni antagónico con el MERCOSUR, es simplemente indeseable e inviable, pues no se compadece con nuestra idea sustentada desde hace muchos años de alcanzar un MERCOSUR profundo, con instituciones supranacionales (Tribunal de Justicia, Comisión, etc.), con interpenetración de nuestros escenarios políticos, sociales, culturales y laborales, verdadera herramienta del cambio mediante democracias participativas, con justicia social y equidad.-

 

Estimado colega periodista: si va a utilizar parte esta nota o del fallo adjunto como "inspiración" para su producción, por favor cítenos como fuente incluyendo el link activo a http://www.diariojudicial.com. Si se trata de una nota firmada, no omita el nombre del autor. Muchas gracias.

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