El 17 de julio de 2025, OpenAI anunció una nueva función que marca un salto conceptual: ChatGPT Agent. Ya no estamos hablando de un chatbot que responde consultas. Es un agenteque puede abrir tu navegador, hacer clic, llenar formularios, ejecutar código, consultar APIs, organizar tu agenda y generar informes, todo desde el mismo chat.
La misión de OpenAI —según su manifi esto— siempre fue construir una inteligencia artificial general (IAG) que benefi cie a toda la humanidad. Para lograrlo, es necesario que los modelos no sólo reciban un lenguaje codifi cado, sino que también actúen en el mundo digital de manera autónoma y efi caz. En ese contexto, ChatGPT Agent es más que una mejora: es un prototipo de trabajador digital.
Del chatbot al agente: ¿qué es ChatGPT Agent?
Es una función que combina herramientas previas como Operator y Deep Research en una computadora virtual integrada con: navegadores (texto e interfaces gráficas); terminal para ejecutar scripts; conectores API para interactuar con servicios como Gmail, GoogleDrive, Notion o GitHub; generación de imágenes y automatización de tareas.
Esto le permite ejecutar procesos complejos en una sola conversación. Por ejemplo, puede buscar noticias, generar un resumen, y enviarlo por mail; o comparar precios de productos, hacer un pedido y programar su entrega.
¿podemos delegar decisiones importantes en un sistema que no siempre puede explicar por qué hizo lo que hizo?
Implicancias legales.
Este avance obliga a repensar el marco normativo. En Argentina, la Ley 25.326 exige consentimiento informado para el tratamiento de datos personales (arts. 5 y 6), así como medidas de seguridad para evitar accesos no autorizados (art. 9). Si el agente accede a tu correo o calendario, el usuario debe saber qué datos se usan, para qué y con qué resguardos.
A nivel europeo, el AI Act considera que los agentes autónomos que interactúan con sistemas sensibles son de alto riesgo. Por eso, exige pruebas en condiciones reales, trazabilidad, supervisión humana y documentación técnica detallada. Aunque Argentina no tiene una norma equivalente, estos principios deberían ser tenidos en cuenta al diseñar o usar este tipo de herramientas.
¿Ǫué cambia con esta tecnología?
La clave no es solo la capacidad de ejecutar tareas, sino su armonía inteligente: el modelo puede “decidir” en qué momento navegar, escribir código, buscar información o generar un documento. Es decir, combina una espeice de razonamiento con acción.
OpenAI publicó resultados de pruebas que lo demuestran: en el benchmark SpreadsheetBench, superó a Copilot para Excel por más del doble (45,5% vs. 20%). Si bien aún está lejos del rendimiento humano, la tendencia es concisa: los modelos mejoran cuando integran múltiples herramientas externas.
Esto nos acerca a una inteligencia artifi cial más generalista, capaz de resolver tareas variadas sin necesidad de intervención constante. Y es ahí donde se abren preguntas éticas fundamentales: ¿podemos delegar decisiones importantes en un sistema que no siempre puede explicar por qué hizo lo que hizo? ¿Qué margen tiene el usuario para intervenir, corregir o revocar acciones? ¿Podrá usar los datos de mi tarjeta de crédito que tengo guardados en la PC?
Las posibilidades son amplísimas. Desde automatizar informes legales o financieros, hasta organizar viajes, controlar gastos o generar dashboards semanales. Equipos enteros podrían ganar tiempo delegando en el agente tareas que antes requerían varios programas, pasos y personas.
Además, se puede programar su ejecución periódica: cada lunes revisar cuentas, los viernes enviar reportes, o cada mañana preparar un resumen de novedades jurídicas. Esto lo convierte en un asistente de gestión del conocimiento, con impacto directo en la productividad.
Un paso más hacia la AGI
¿Por qué es tan importante este lanzamiento? Porque representa -otra vez- un cambio de paradigma. La inteligencia artificial no se limita a contestar: ahora opera. Ejecuta acciones, se conecta con el entorno digital, coordina múltiples herramientas y aprende de la interacción.
ChatGPT Agent no es solo una función nueva, es un spoiler del trabajo del mañana. Como sociedad, tenemos que estar preparados para la cantidad inmensa de desafíos que esto puede conllevar.