06 de May de 2024
Edición 6959 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 07/05/2024

Causa AMIA: Qué va a decir Telleldin en su indagatoria

La primera declaración de Carlos Telleldín en el juicio oral y público por el caso AMIA ya tiene fecha: será recién el 18 de abril, pero ya hay pistas sobre lo que dirá. En esta nota se repasan los que serían los ejes de la primera declaración del preso clave.

 
Durante la última semana del juicio oral y público por el atentado contra la AMIA circuló por los pasillos de la sala de audiencias un paper que amenaza con convertirse en best-seller: la desgrabación completa de lo que le dijo Carlos Telleldín al programa de televisión “Punto.doc”. En esa entrevista, que salió al aire el último domingo, el “enano” se excusa de responder algunas preguntas, pero –preso de su incontenible verborragia- adelanta lo que parecen serán los ejes de su defensa en el juicio.

Fuentes judiciales confirmaron que esa defensa tendrá su primer acto central el 18 de julio, ese día el tribunal no citará testigos y lo dedicará completo a escuchar a un Telleldín que tiene mucho para decir. El hombre acusado de armar la Trafic que estalló en la AMIA no hablará sobre los días previos a su detención –el 27 de julio de 1994, 9 días después del atentado- pero si sobre lo que pasó después, especialmente hasta el 6 de julio de 1996, cuando en su última declaración indagatoria señaló a policías de Lanús y Vicente López como los que se llevaron la camioneta una semana antes de la explosión que mató a 85 personas.

¿Cuáles son los puntos sobre los que sí hablará Telleldín?

Diariojudicial.com los reconstruye en esta nota, tras consultar fuentes de la causa y acceder a las declaraciones anteriores del “enano” en el expediente y a sus últimos dichos a varios medios, incluída su primera aparición televisiva en años:

- Se presentará como un “hombre de negocios” próspero, con buena entrada de dinero para el tiempo del atentado. Además, dirá que es una víctima de manejos turbios que lo exceden y lo superan, como las presiones y amenazas que recibió en la cárcel del ex represor Héctor Vergés, un ex compañero de su padre que –asegura Telleldín- trabajó “codo a codo” con el juez Juan José Galeano y la SIDE.

- Después, vendrán sus coartadas. Uno de los elementos de prueba que los acusadores esgrimen en su contra son los testigos que dan cuenta de un notorio nerviosismo tanto de Telleldín como de su esposa, Ana Boragni, inmediatamente después del atentado. Para ellos, es una prueba de que Telleldín sabía que era su camioneta la que estalló en la AMIA, algo vital para convertirlo en partícipe necesario del atentado. Él admitirá que sí, que estaba nervioso y que por eso viajó primero a Córdoba y después a Misiones. Pero la inquietud era por el acoso que sufría de los policías bonaerenses de la Brigada de Vicente López, y porque para “zafar” había entregado un barco de su propiedad que tenía el motor fundido. En este tema, el “enano” cuenta con una ventaja: el 14 de julio, lo persiguieron efectivos de Vicente López e incluso le dispararon. Es decir, tenía razones para tener miedo.

Los hechos del 14 de julio nunca encajaron bien en el esquema acusador. ¿Si ya le habían sacado la camioneta-bomba, para que lo seguían persiguiendo? Algunas investigaciones periodísticas postulan que en realidad quisieron matarlo para borrar huellas, o para que –una vez descubierto el motor que llevaba a Telleldín- la investigación judicial se encontrara con un cadáver, algo bastante parecido a un callejón sin salida. Telleldín sabe que en medio de esas dudas hay espacio para su versión.

- También apuntará a los interrogantes que van dejando algunos testimonios en el juicio. Por ejemplo, sobre la fecha en la que apareció el motor que lo señaló. Oficialmente, el hallazgo data del 25 de julio, una semana después del atentado. Pero dos ex jefes de bomberos dijeron que vieron el motor al día siguiente del ataque contra la mutual judía. El dirá que pudo haber dos motores: uno el del verdadero coche-bomba y otro “plantado” con la numeración que lo incriminaba. En ese sentido, Telleldín asegura haber visto en el Departamento Protección del Orden Constitucional de la Policía Federal –donde estuvo detenido varios meses- un motor que se decía era el del coche bomba y que no es el “oficial” que, teóricamente, tras el hallazgo nunca salió del Departamento Central de los Bomberos de la Policía Federal. El que él vio, -dice Telleldín- conservaba las paletas de ventilación y la caja de cambios.

- Otro de los elementos vinculados a la Trafic-bomba que según el requerimiento fiscal lo incriminan es la aparición de elásticos de una Trafic “larga”, cuando el modelo utilizado era “corto”, preparado para soportar menos peso. Según los fiscales, es otro indicio de que Telleldín sabía para qué se utilizaría la camioneta y la armó “a medida”. En su defensa, desempolvará dichos de técnicos de CIADEA (la empresa fabricante del vehículo) que indicaron que modelos cortos podían salir de fábrica con elásticos más grandes. También dirá que las autopartes destrozadas que los bomberos encontraron en el lugar de la masacre corresponden a distintos modelos, como el patín del freno, que sería de una camioneta modelo 90. De esta forma, intentará demostrar que no hay certeza sobre el vehículo que se utilizó.

- Dirá que no es un mentiroso, y que no fue cambiando su versión de los hechos en las sucesivas declaraciones indagatorias, tal como se comenta entre los acusadores. Para esto, sostendrá que quien se llevó la camioneta era la misma persona que firmó el boleto de compraventa con un DNI presuntamente falso a nombre de Ramón Martínez, un personaje que nunca fue hallado y que según creen varios investigadores, fue inventado por el mismísimo Telleldín para distraer la pesquisa. Lo inquietante es que se trata del mismo apellido que deja la persona que el viernes anterior al atentado deja estacionada la camioneta-bomba en “Jet Parking” un estacionamiento cercano a la AMIA.

- Como un maestro de ceremonias, tal vez deje el plato fuerte para el final. En distintos medios periodísticos, Telleldín viene anunciando que efectivamente cobró 400.000 dólares antes de involucrar a los policías bonaerenses. Dirá que Galeano le prometió el dinero y su libertad –hay que recordar que por esa época no estaba imputado como partícipe necesario- y que él además estaba preocupado por su entorno familiar. En ese sentido, últimamente remarcó que se limitó a señalar a los policías porque “los fiscales decían que ya tenían todo investigado, que ya sabían” quiénes eran los que le habían quitado la camioneta. En el juicio, dirá que él no está seguro a quién le entregó la camioneta o, al menos, no identificará a Raúl Ibarra, el lugarteniente de Juan José Ribelli en la Brigada de Lanús. “El que no declaraba y no reconocía las fotos seis iba a quedar imputado, -dijo en la TV- pasaba de testigo a imputado y quedaba preso, esa era la condición” y explicó: “la foto es el vínculo directo a Ribelli, era Ibarra la foto seis”.

- El embate contra los fiscales no terminará allí. Telleldín está enojado por las declaraciones de los fiscales Alberto Nisman y José Barbaccia, quienes recientemente , dijeron que Telleldín esta “embarrando la cancha”. “Ellos embarraron la cancha cuando fueron a la casa de (Ariel) Nitzcaner, a tomar vino, a comer empanadas y a decirle que declare en contra mía” reitera el “enano” desde su celda en el penal de Devoto.

- También atacará al juez de la causa, Juan José Galeano. Telleldín ya adelantó que en un video de una charla suya con Galeano falta todo el tramo inicial de la conversación. “Mandó lo que servía a él”, asegura y remarca que “se prepararon testigos”, por eso, dice que hará una explicación “cronológica” frente al TOF 3.

Desde la defensa de Telleldín, se asegura que la que se viene no será la única declaración del preso más antiguo durante el juicio, que seguramente se extenderá durante todo el año. “Será apenas la primera” aseguran, mientras los acusadores insisten en voz alta que no necesitan de Telleldín para sostener la acusación. Desde las defensas de los policías, también se asegura lo mismo, pero –por supuesto- para probar la inocencia de sus representados (ver el reportaje a José Manuel Ubeira, abogado de Ribelli, publicado esta semana en Diariojudicial.com). Sin embargo, la “sensación térmica” del juicio indica que todos estarán muy atentos a los dichos de Telleldín, y que su declaración será un antes y un después en el proceso oral que ya cumplió seis meses.

Puede ver otras notas relacionadas con el juicio del atentado a la AMIA en DiariodelJuicio.Com

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