17 de Abril de 2024
Edición 6947 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 18/04/2024

De culos, animales y Justicia

Un abogado se animó y puso en un escrito: “al amigo el culo, al enemigo por culo y al indiferente el ordenamiento vigente”. ¿El letrado se pasó de la raya? Causas y consecuencias del uso actual un refrán audaz que creó un conde español a principios del siglo pasado.

 

Por:
Analía Zygier. Directora de Diario Judicial.
Por:
Analía Zygier. Directora de Diario Judicial.

“Al amigo el culo, al enemigo por culo y al indiferente el ordenamiento vigente”. Por esta frase en particular, el fallo sorprendió en España y hoy es noticia en Diario Judicial.

Lo primero que llama la atención es la palabra “culo” dentro de un expediente. Se trata de la reciente sentencia de la Sala en lo Civil del Tribunal Supremo de España del 15 de febrero de 2022 (rec. 1174/2021) y forma parte del examen del escrito de alegaciones presentado por el recurrente para responder a la acusación fiscal, que consideró “soeces” los dichos del imputado que, en este caso, actuaba como abogado en causa propia.

Pero vayamos por partes. En el año 2017, el sitio web Vegamediapress.com, con la firma del abogado José Luis Mazón, publicó un artículo titulado "La masacre arruí: jueces respaldan el exterminio", con el subtítulo "El juez puede hacer lo que le dé la gana porque no responde de sus actos"

El autor de la nota estaba enojado con los jueces que integran la Sala en lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Murcia por haber denegado la petición para frenar cautelarmente la matanza de arruís por lo irreparable del perjuicio, según argumentó.

El arruí fue incluido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (Real Decreto 630/2013) por sus potenciales efectos negativos sobre la  flora y fauna autóctonas. Su introducción a España se hizo inicialmente en Sierra Espuña, en la región de Murcia, a partir de ejemplares liberados de distintos zoológicos. La abundancia de comida, la ausencia de depredadores y su alta tasa de natalidad determinaron su rápida expansión en corto tiempo.

Si bien el Gobierno lo “indultó”, sacándolo de la lista junto a otras especies como la trucha arco iris, en el año 2016 una sentencia del Tribunal Supremo reafirmó el carácter invasor del también llamado visón americano. Sin embargo, según los científicos, la proliferación de arruis no genera impacto negativo y en ambientes áridos su forma de alimentación mordisqueando las hojas sin matar a las plantas, ayudaría a prevenir incendios y favorecer la biodiversidad vegetal.

 

La ocurrente frase, que no es de autoría del abogado que la incluyó en su escrito sino del Conde de Romanones, no deja de ser disruptiva para el discurso forense.

 

La nota de Vegamediapress.com fue muy crítica de la Justicia, en particular con la jueza preopinante, Consuelo Uris, a la que el autor considera "cerebro" de la decisión, ya que los otros dos jueces del tribunal hicieron suyos sus argumentos.

La magistrada se sintió afectada en su derecho al honor, por lo que demandó al autor de la nota y a la publicación por un monto de 40.000 euros.

En su camino hasta la Corte, el asunto pasó por distintas instancias judiciales con argumentos varios de ambas partes, pero en una de esas contestaciones el demandado lanzó la frase de la discordia: “Al amigo el culo, al enemigo por culo y al indiferente el ordenamiento vigente” que ofendió al fiscal por ser supuestamente soez, por lo que así lo hizo saber al tribunal.

“No es admisible que el recurrente emplee en un escrito presentado ante un tribunal de justicia los términos soeces que emplea en dicho escrito, como cuando afirma que la base del desprestigio de la función fiscal y judicial radica en la aplicación del principio "al amigo el culo al enemigo por culo y al indiferente el ordenamiento vigente" (sic).

Independientemente del fondo de la cuestión, es decir si hubo una afectación del honor de una jueza por la publicación en un medio digital de exabruptos y opiniones supuestamente injuriosas o si sólo fueron críticas que pueden estar amparadas por la libertad de expresión, es interesante examinar el supuesto exceso dialéctico en una contestación dentro de una causa judicial.

La ocurrente frase, que no es de autoría del abogado que la incluyó en su escrito sino del Conde de Romanones (Álvaro Figueroa y Torres, 1863-1950), no deja de ser disruptiva para el discurso forense. Lisa y llanamente es molesta, pero también se destaca con fuerza frente a la tradicional monotonía de la argumentación judicial.

La incomodidad tiene que ver con dos cosas. Por un lado, por el uso de palabras impropias (“culo”) para su uso en un texto que forma parte de una causa judicial y de alusiones sexuales bastante chabacanas. Esto es lo más evidente, y lo que motorizó la crítica directa a la frase dentro del expediente.

Sin embargo, hay otra molestia que no se explicita en forma directa, pero que seguramente ha sido más importante que la otra. La frase que se reprocha está escrita en el ámbito de una contienda entre el periodista y una jueza en el marco de un conflicto que debe resolver otro magistrado.

El dicho pretende desnudar la supuesta falta de imparcialidad de los jueces por su pertenencia compartida a alguna asociación o colectivo o que pone el acento sobre la fuerza política que acompañó su designación y su relación con la materia del artículo periodístico impugnado.

La imparcialidad es un fundamento básico del proceso, aunque los juzgadores, independientemente de sus intenciones y voluntades conscientes son personas. ¿Puede un ser humano ser realmente imparcial? Si concluimos que no, o aunque sea que no totalmente, ¿tendremos que empezar a pensar quizá, en soluciones vinculadas con la inteligencia artificial? No solamente para acortar los tiempos y aumentar la eficiencia de la Justicia, sino para también lograr una imparcialidad que ningún ser humano puede garantizar.
 

Lenguaje claro

El lenguaje claro en la Justicia garantiza la transparencia, el derecho a entender y el acceso a la información. Es un estilo de redacción simple y eficiente que facilita la comprensión de lo escrito. No en vano, en las máximas instancias judiciales se viene trabajando, desde hace tiempo, para lograr que el lenguaje claro sea el habitual en las resoluciones judiciales.

Si bien la frase que da comienzo a esta nota: “Al amigo el culo, al enemigo por culo y al indiferente el ordenamiento vigente”, no salió de la pluma de un magistrado, sí llegó a formar parte de un expediente judicial por el escrito de una de las partes. Será chabacana e impropia, pero hay que reconocer que se trata de lenguaje claro, muy claro.

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Estimado colega periodista: si va a utilizar parte esta nota o del fallo adjunto como "inspiración" para su producción, por favor cítenos como fuente incluyendo el link activo a http://www.diariojudicial.com. Si se trata de una nota firmada, no omita el nombre del autor. Muchas gracias.

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