Así se confirmó en el entorno del ex presidente, quien estuvo unos 15 minutos en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, adonde llegó sorpresivamente a ratificar el escrito que presentó el 6 de agosto, donde se brindaban detalles sobre esas reuniones en las cuales se anticipaba el fin.
Sin embargo, en ese escrito De la Rúa no identificó a la persona que le dio la información, y se limitó a decir que era “un integrante de la Cámara Nacional de Casación Penal”.
Por eso, Oyarbide pidió informes a todos los integrantes de ese alto tribunal, tal como adelantó Diariojudicial.com en su momento. Algunos de ellos, contestaron que no responderían la requisitoria porque se basaba en una información que no había sido ratificada bajo juramento.
Por eso, el juez del supuesto complot llamó a De la Rúa a ratificar sus dichos, y en ese acto el ex presidente dobló la apuesta e identificó a Capolupo de Durañona y Vedia, nombre que –por otra parte- ya sonaba en varios pasillos de Comodoro Py 2002.
De saco azul y pantalón negro, custodiado por personal de civil de la Policía Federal, De la Rúa llegó a tribunales en una camioneta oscura, que sorprendió a la numerosa guardia periodística que cubría la presencia del astro futbolístico Diego Maradona en el final del juicio oral y público a Hernán Bernasconi.
Testimonio en cuotas
Desde la primera declaración en esta causa, el 15 de abril pasado, el ex presidente buscó avalar sus sospechas asegurando la existencia de una reunión el 15 de diciembre del año pasado, entre el ex ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Jorge Casanovas, y varios jueces de la Capital Federal.
Allí, con “precisión fotográfica” –según el ex presidente- se anticiparon los hechos que culminaron con la renuncia de De la Rúa, en relación a los saqueos y los desbandes provocados intencionalmente por manifestantes presuntamente pagos.
“Es evidente que un plan existió”, dijo De la Rúa en ese momento, pero luego se demoró hasta comienzo de este mes en entregar las precisiones que Oyarbide le reclamaba, entre otras, el nombre de la persona que le acercó la información.
Tal vez para evitar aparecer como un testigo reticente, precisamente en la causa donde se investiga si cayó por obra de una conspiración, De la Rúa firmó el escrito presentado la semana pasada y agregó el nombre en cuestión.
Ahora, Oyarbide podría interrogar por escrito a la camarista, su superior en el fuero penal federal.