B) IRRITACION. De los máximos jueces contra el "Lord mayor" de los porteños. Es que -según cuentan en el cuarto piso de Talcahuano 550- Aníbal Ibarra recalentó los teléfonos para pedir por el Banco de la Ciudad de Buenos Aires, que podía entrar en colapso si prosperaban los fallos de Silva Garretón. Pero es que después de esos pedidos -se sumó también el presidente del Banco Ciudad, Roberto Feletti, también del Frepaso- y de que la Corte fallara a favor del "corralito financiero" que salvó al banco, Ibarra, muy suelto de cuerpo, le pidió a Eduardo Duhalde la cabeza de toda la cúpula del Poder Judicial. La indignación llegó al punto que más de un ministro analizó la posibilidad de que se manden al Banco Nación los depósitos judiciales que van al Banco de la Ciudad y que conforman un monto importante. De sueldos, solamente, la Corte maneja un volumen de 40 millones de pesos mientras que de ingresos por tasa de Justicia se anotan otros 20 millones. Pero, además, la Corte requeriría que se devuelvan todos aquellos depósitos que se realizan por parte de litigios comerciales que suelen perdurar mucho tiempo en los saldos favorables del banco.
C) REVELACIONES. Que sonaron a música celestial en los oídos de muchos de los integrantes de la Corte fue un comentario que les hizo Vanossi después de los primeros momentos de la entrevista del viernes pasado cuando ministro y cortesanos midieron sus pretensiones: el primero que el gobierno no llegará con la sangre al río y los segundos, dejando en claro, que no serán arrollados fácilmente, al menos presentarán batalla. En un pasaje de la extensa conversación de más de una hora, Vanossi -fue diputado por la UCR durante 9 años y se opuso al comienzo de la gestión de Carlos Menem al aumento de 5 a 9 en las bancas de la Corte- les confesó que el voto que permitió esta medida, duramente criticada por la oposición al peronismo, fue posibilitada por el voto de Carlos "Chacho" Álvarez, porque el menemismo no llegaba con sus propios votos. Cabe imaginar la cara de asombro y de bronca de los jueces supremos porque culpan del último cacerolazo a la izquierda política -ARI, Frepaso, y otros- y a grupos de abogados laboralistas que tratan de defender prerrogativas de sector.
D) CONTRAATAQUE. De un importante legislador del PJ que se reunirá esta semana con Vanossi para informarle adecuadamente sobre el funcionamiento del Consejo de la Magistratura. Los defensores de este cuerpo creen que el ministro de Justicia ha sido llevado a una posición de enfrentamiento con el Consejo por no haber podido llevarse a la Corte por delante y porque, además, no contaría con una suficiente información. Se dice que la Comisión de Selección, por ejemplo, cumplió en gran porcentaje con la elección de jueces para cubrir las vacantes que existen en el Poder Judicial, pero que las demoras y trabas se vivieron en el ministerio de Justicia durante la gestión de Jorge de la Rúa y en las chicanas de la Comisión de Acuerdos del Senado debido a la interna del peronismo. Por ejemplo, hace un año que tiene el pliego de unos los jueces federales para Santa Fe‚ y aún no los ha designado. También explican que no se puede llevar al cadalso a un juez todas las semanas y a quienes sí se los ha acusado han renunciado inmediatamente.
E) NOVEDADES. De importancia, por lo menos para la familia judicial, habrán de producirse esta semana. Por la primera, se tratará de revelar el nombre de un juez del crimen que utilizó a la policía en otro fallo favorable para sacar u$s 280.000 del Banco de Boston. Este juez -conocido en los Tribunales por sus excéntricas y soberbias actitudes- no habría vacilado en utilizar los servicios de la Policía Federal para hacerse acompañar a su domicilio en lugar de pagar un camión de seguridad privado porque se trataba de valores propios y no de su tribunal. Pero, además, tratará de comprobarse si es cierto que ordenó a funcionarios judiciales detener transitoriamente a directivos del Banco hasta tanto recuperara su plazo fijo. Horas antes una empleada bancaria se lo había negado con el democrático argumento de que había una disposición que debía ser cumplida por todos: jueces y no jueces. La segunda, consiste en confirmar si el Procurador Nicolás Becerra dará las hurras a su cargo y si en su lugar irá un senador que mantiene excelentes contactos con todos los estamentos judiciales.