El procesamiento fue dictado por el juez de Garantías número 2 de Mar del Plata, Marcelo Riquert, y había sido pedido por el fiscal Marcos Pagella, quien acusó a Fernández del "homicidio agravado por alevosía" de la joven de 15 años.
El cuerpo sin vida de Natalia fue encontrado el 9 de febrero, después de varios días de desaparecida en el vivero municipal de Miramar, que separa a la denominada “Ciudad de los Niños” de Mar del Sur.
El “Gallo” Fernández, detenido y alojado desde hace más de un mes en la Unidad Penal 29 de Melchor Romero y ahora procesado y con prisión preventiva, es hasta hoy el único sospechoso del crimen. El fiscal Pagella había pedido su procesamiento la semana pasada por considerarlo en primera instancia autor responsable del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y abuso sexual en grado de tentativa.
En la declaración indagatoria ante el juez, el sospechoso alegó que aquella madrugada del 4 de febrero -cuando desapareció la adolescente- caminaba cerca de Natalia cuando fueron interceptados por un patrullero y un vehículo particular. Dos uniformados, a los que reconoció como policías de Miramar, y un civil, "también con pinta de cana", los obligaron a ingresar en el baúl del último auto.
Fernández aseguró que a él lo dejaron a mitad de camino, previo simulacro de fusilamiento y que los otros tres policías siguieron con la menor. Pero Pagella y su fiscal adjunto, Fabián Belén, a partir de dichos de por lo menos tres testigos y otras pruebas aseguran que Fernández "fue mendaz" durante la indagatoria.
Por ejemplo, aseveran que el recorrido que hizo aquella madrugada no fue el que describió al declarar y que las lastimaduras que presentaba en la cara al día siguiente de la desaparición de Natalia no ocurrieron durante una pelea en una discoteca -como había afirmado- sino que fueron posteriores a la última vez que se lo vio con la adolescente.
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