17 de May de 2024
Edición 6968 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 20/05/2024

Los problemas del derecho deportivo

Los cambios coyunturales, las malas administraciones y los problemas económicos representan obstáculos insalvables en el horizonte de los clubes de fútbol. A pesar de todo las instituciones defienden el mantenimiento de la forma jurídica de la asociación civil -en detrimento de la costumbre europea de transformarlos en sociedades comerciales- ya que ésta pone el acento más que en la parte económica, en la responsabliidad social y de apoyo a la comunidad. El problema del semillero: patria potestad vs. actividad profesional.

 
Este instituto de nuestro sistema normativo fue elegido por el conjunto de las entidades deportivas, para enmarcar las numerosas actividades que desarrollan. La realidad convulsionada de nuestro país también ha alcanzado a estas entidades que han debido enfrentar este nuevo escenario con responsabilidad e impulsando las reformas estatutarias necesarias como para asegurar la continuidad de las instituciones. Para poder tener un mayor conocimiento de la realidad que atraviesan las Asociaciones Civiles, Diario Judicial.com consultó a Daniel Kiper, quién se presentará como candidato a presidente en las próximas elecciones de River.

¿Cuál es la actualidad de las asociaciones civiles en la Argentina?

Los clubes de fútbol en particular que nacieron en su gran mayoría a principios del siglo XX, surgieron como un instrumento que permitiera cumplir una función social, de solidaridad, la cual ha marcado un rumbo histórico. En este sentido cumplieron una función muy importante, de hecho en River Plate, más allá del fútbol profesional, que es la actividad principal, podemos encontrar distintas actividades como la enseñanza en un colegio secundario, distintas disciplinas deportivas, etc. Creo que es importante para los clubes de fútbol, mantener ésta forma jurídica, porque la misma inspira y guía la solidaridad. Incluso uno de nuestros proyectos, en el marco de la campaña que estamos realizando, y que será una realidad en caso de que podamos acceder a la conducción del club, consiste en la apertura de sedes en el interior del país. En dichas sedes encontraremos un campo de deportes, una escuela y un comedor infantil para los chicos. La idea fundamental de este emprendimiento, es convocar a los niños para la práctica del deporte, pero al mismo tiempo cumpliremos con la función social de sacar a los menores de las calles.
Debemos destacar que si bien los clubes de fútbol empezaron con una pelota de trapo, hoy esa misma pelota genera cantidades importantísimas de dinero, ya sea através de la televisación, del merchandising y la venta de jugadores. Sobre esta realidad convergen distintos intereses económicos que olvidan la función social propia del fútbol y quieren hacer prevalecer los intereses comerciales y económicos. Con esta finalidad atacan el instituto de la asociación civil, ya que ésta es incompatible con los objetivos que ellos buscan, el cual no es otro que el lucro económico. No sólo pretenden alterar la forma jurídica, sino que incluso hay quienes aspiran a, mantener las asociaciones civiles para apoderarse de la historia de los clubes de fútbol.
Un claro ejemplo, en este sentido, es la última reforma estatutaria en la cual se suprimió una cláusula que había nacido con la institución. La misma establecía que el número de socios es ilimitado, porque la intención de los socios fundadores era que cuanto más grande fuera el número de socios mayor sería la grandeza del club. La realidad nos indica que el número de socios es cada vez menor, y los únicos beneficiados con esta circunstancia, son los que integran el denominado aparato político, quienes de esta forma pueden arraigarse en la conducción de la entidad.

¿Considera que las asociaciones civiles deberían adoptar sistemas de administración compartida, de los que participen sociedades anónimas?

No, creo que siempre debemos conservar el instituto de la asociación civil, y tenemos que garantizar la participación de los socios, con prescindencia de su condición social o económica. Cabe recordar que los grandes forjadores de los clubes del fútbol argentino, fueron gente de buena voluntad, como Antonio Liberti, o José Amalfitani, que con gran esfuerzo y sacrificio transformaron un sueño en obras que hoy son realidades sensibles.

¿Cuál es su opinión respecto a la alternativa del gerenciamiento, en el marco de las asociaciones civiles?

En verdad nada me hace pensar que el hecho de que el club sea administrado por un tercero vaya arrojar mejores resultados, que cuando la institución es administrada por sus verdaderos dueños, que somos los socios. Lo que ocurre es que lamentablemente nuestro régimen jurídico penal es insuficiente. La figura de la administración fraudulenta, establecida en el artículo 173, inc. 7 del Código Penal, ha sido de muy escasa aplicación en nuestro ámbito, pese a que no todas las administraciones fueron felices, inclusive en los casos de los clubes que se presentaron a convocatoria de acreedores, quiebras, etc., y que terminaron en un gerenciamiento, no se ha podido ni siquiera avanzar en la investigación de estos casos. Es necesario pensar en una nueva legislación penal, que contemple particularmente la situación de los clubes de fútbol. Por un lado las entidades deportivas administran millones de dólares, pero por otro lado, no deben descuidar su función social, y esta realidad ha dado cabida para que se justifiquen desprolijidades, las cuales sirven para encubrir delitos que no han sido acreditados. La aparición de terceros, como los intermediarios, los gerenciamientos, etc., han dado lugar a maniobras de desvio de fondos, ya que es muy simple pagar una comisión, cuya prueba posterior será más que dificultosa.

¿Considera que las sociedades anónimas pueden tener algún grado de participación en la administración de las asociaciones civiles en la argentina?

Yo me opongo claramente a que las sociedades anónimas quieran mediante su dinero, apoderarse de los 100 años de historia de los clubes de fútbol. Pero sin embargo no tendría inconvenientes en que haya capital de riesgo real y genuino en nuestra actividad. Pero claro está que nadie quiere realizar esta inversión, todos quieren apostar a lo seguro. Hoy la marca River está instalada en el mercado. La institución genera millones de dólares, entonces no hay capital de riesgo. River tiene dueños, que somos los socios, y son quienes deberán continuar administrando a la entidad para garantizar los objetivos sociales que el club trazó desde sus comienzos.

En el marco de la situación económica que ha atravesado nuestro país en los últimos tiempos ¿Considera como una posibilidad cierta la aplicación del instituto del Fideicomiso en la órbita de las asociaciones civiles?

La figura jurídica del Fideicomiso es más que interesante y desde ya permite la posibilidad de pensar en sistemas de salvataje de las asociaciones civiles que se encuentran en dificultades económicas. Esto habría que considerarlo siempre y cuando la aplicación de éste instituto sea siempre en beneficio de los clubes.
También hay otros proyectos que están circulando, para que los estadios deportivos no sean embargables, ni ejecutables. Éste proyecto debe ser ponderado y analizado con detenimiento ya que al mismo tiempo que vamos a proteger a los estadios, también vamos a resignar la posibilidad de obtener crédito para las entidades deportivas.

¿Los integrantes de los órganos de gobierno de una asociación civil deben responder con su patrimonio, por las decisiones que hayan adoptado en ejercicio de sus funciones?

Fundamentalmente impulso una reforma de la legislación penal, que contemple especialmente el supuesto fáctico de los administradores de los clubes de fútbol. Estos sistemas que sean han puesto en práctica en otras entidades en mi criterio no son positivos. Por ejemplo sí para ser candidato a presidente de cualquier club, tengo que aportar o garantizar U$S 100.000, si soy una persona honesta y estoy arriesgando todo mi patrimonio, voy pensarlo seriamente antes de ingresar en la administración de una entidad. Sin embargo el individuo deshonesto aporta inicialmente esa cifra, ya que sabe que en la primera transferencia tiene la oportunidad, mediante la concreción de un hecho delictivo, de lograr una suma de dinero mucho más importante. Este tipo de sistemas de responsabilidad, en la práctica fracasan, por lo cual considero que debemos poner el acento en la responsabilidad penal.

¿Cuál es su opinión respecto a la realidad que afrontan las denominadas “divisiones inferiores” en nuestro país? ¿Considera que el ejercicio de la patria potestad es un obstáculo para el derecho patrimonial de las entidades?

Lo que no está regulado en la Argentina es el denominado derecho de formación. Desde ya esta situación debe ser contemplada en nuestro país. Formar un deportista de alta competencia supone una gran inversión por parte de los clubes. Por este motivo parece una situación injusta que cuando el jugador alcanza determinado nivel de formación, y se abren las puertas para el mundo de la actividad profesional, el club que lo forjó, que lo recibió, que le dio los elementos, sea marginado. Pero el grave problema de las divisiones inferiores es la existencia de intermediarios y representantes, que muchas veces se abusan de situaciones de pobreza, de los menores y de sus familias, y se los incentiva a firmar contratos abusivos, por los cuales se le conceden todos los derechos al intermediario a cambio de prestaciones económicas irrisorias, a favor del menor. La reforma legislativa en este sentido debe estar orientada a cumplir con la prohibición que emana de la FIFA, en relación a los intermediarios, y limitar el accionar de los representantes. Aquí suele confundirse el alcance que tiene la disposición de la FIFA. El organismo permite a los representantes bajo ciertas condiciones, pero prohíbe a los intermediarios.

¿Porqué decidió incorporarse activamente en la política de River Plate?

Fundamentalmente me lleva a participar la posibilidad que tienen las entidades deportivas de cumplir una importante función social. Sacar a los chicos de la calle mediante la práctica deportiva, representa la gran oportunidad que tenemos las asociaciones civiles de realizar un aporte a la comunidad, que no puede ser realizado por parte del Estado.



dju / dju
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