En ese accidente, ocurrido el 8 de octubre de 1996, fallecieron, además de Andreoli y su esposa, Judith Ester López, otros jefes militares argentinos y peruanos, junto con sus esposas, cuando se aprestaban a participar de una ceremonia en ese centro deportivo.
Urso reconoció ahora a María Ximena Andreoli y Nicolás Francois Andreoli como querellantes, quienes pidieron que se investigue la presunta comisión del delito de homicidio culposo "por negligencia e impericia" por el cual responsabilizan al Ejército, a quien pertenecía la maquina siniestrada.
Según se pudo saber, la Junta de Accidentes Aéreos determinó la insuficiencia en la cantidad de horas de vuelo de práctica de la tripulación, así como también el desconocimiento de las instrucciones que figuran en el manual de vuelo confeccionado por el fabricante francés de la nave, las que les hubieran permitido saber, según se explicó, que en caso de emergencia, el helicóptero no debe ser inclinado ni maniobrado hacia la izquierda "porque se produce el desplazamiento de su centro de gravedad".
En la causa, también se pudo constatar que la dotación militar encargada de recibir a la comitiva, no contaba con equipos de extinción, a excepción de un matafuego de 10 kilogramos, llegando los bomberos al lugar 15 minutos después que se hubiera consumido el kerosén parafinado que componía el combustible de la nave, y cuando ya habían perecido sus doce ocupantes.
La presentación en la causa penal, es tramitada en forma paralela a una acción civil por parte de los abogados Guillermo Bolado, Edgardo Leven y Hernán Sábato, quienes reclamaron para sus patrocinados una indemnización de 1000 pesos argentino de oro (unos 100 mil pesos) tal como está tarifado por el Código Aeronáutico.
En esta causa, los hijos de Andreoli demandaron por su presunta responsabilidad al Ejército Argentino, al Ministerio de Defensa y al Estado Nacional, reclamando el resarcimiento de los daños y perjuicios.