Expansión del compliance en el ecosistema iGaming
Mientras que en sus inicios el juego online se centraba en aspectos técnicos y de experiencia de usuario, hoy la complejidad regulatoria —muy diversa entre regiones— demanda equipos especializados en legalidad y cumplimiento. Los oficiales de cumplimiento perciben salarios de entre 70 .000 y 120. 000 USD anuales, y los gerentes de asuntos regulatorios alcanzan hasta 135 000 USD. Solo en Malta, referente europeo en iGaming, laboran más de 1. 000 profesionales dedicados exclusivamente a compliance y asuntos legales.
En España, bajo la supervisión de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), los operadores autorizados deben cumplir con obligaciones tan extensas como la verificación de identidad y edad de los usuarios, la prevención de fraude y el control de lavado de dinero. La DGOJ exige informes periódicos, auditorías externas y protocolos de protección al jugador, lo que ha generado una intensa demanda de abogados especializados, auditores y analistas de riesgos con conocimiento del Real Decreto 958/2020 y de la Ley 13/2011 de regulación del juego.
Mercados latinoamericanos: hacia marcos más sólidos
América Latina lidera el crecimiento de empleo en iGaming, con un aumento proyectado de 300 % entre 2025 y 2030 y más de 135. 000 nuevos puestos. Sin embargo, la región presenta heterogeneidad regulatoria: mientras países como Colombia y México ya cuentan con marcos robustos y estructuras de licenciamiento federal, otros mercados emergentes (Brasil, Chile, Perú) se hallan en fases iniciales de regulación.
La entrada en vigor de la Ley 13.756/2023 en Brasil ha obligado a operadores a adecuar sus sistemas de compliance, incorporar tecnologías de monitoreo en tiempo real y reforzar procesos de auditoría interna. En este sentido, destacan las perspectivas de US$ 40 mil millones en América Latina en 2028, tal como expone el análisis de Rosario3 sobre el dominio de los casinos online en el mercado regional.
Desafíos y tendencias regulatorias
Armonización normativa. La coexistencia de regímenes provinciales, estatales y federales en países como México y Brasil genera incertidumbre y eleva los costos de cumplimiento. El reto es avanzar hacia estándares comunes en protección al jugador, prevención de lavado de dinero y responsabilidad social corporativa.
Supervisión tecnológica. Los reguladores demandan cada vez más herramientas de regtech basadas en IA y machine learning para detectar patrones sospechosos de juego o fraudes, abriendo un nicho para desarrolladores especializados.
Protección de datos. Con la vigencia de la LGPD en Brasil y la GDPR en Europa, los operadores deben reforzar sus políticas de privacidad y consentimiento informado, incrementando la demanda de data protection officers y consultores en privacidad.
Juego responsable. La implementación de programas de protección al jugador y límites de gasto exige especialistas que diseñen políticas de autocontrol, alertas de riesgo y protocolos de derivación a servicios de ayuda.
El compliance como ventaja competitiva
Más allá de evitar sanciones, una estrategia de cumplimiento sólida se ha convertido en ventaja diferencial para los operadores. Una reputación impecable ante autoridades y usuarios facilita la obtención de licencias en nuevos mercados y eleva la confianza de inversores. Hoy, cerca del 45 % de las vacantes en iGaming corresponden a roles técnicos y de cumplimiento, y las certificaciones profesionales (Certificación de Compliance Officer, ACAMS, ISO 27001) se valoran por encima de la experiencia genérica en otras industrias.
Proyecciones y preparación de talento
Para 2030, se estima que América Latina requerirá más de 40 000 profesionales en compliance, ciberseguridad y auditoría de juego online. Universidades y centros de formación de la región ya están incorporando cursos de “Regulación del Juego”, “Delitos Financieros y AML” y “Compliance Digital” en sus posgrados, anticipándose a la demanda del mercado.
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