17 de May de 2024
Edición 6968 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 20/05/2024
Emotivo relato

"Miret era un embrión de la dictadura que después nos acosó"

Lo afirmó Luz Casenave, quien recordó la desidia con la que el juez mendocino trató a su hija, Luz Faingold, mientras estuvo detenida en 1975. “Miret tuvo la oportunidad de ser un hombre de ley y sin embargo fue cómplice de los violadores”, sostuvo la mujer, de 80 años, quien declaró en el marco del proceso que el actual camarista federal de Mendoza enfrenta ante el Consejo de la Magistratura.

 

Este jueves, tres consejeros de la Magistratura escucharon el testimonio de Luz Casenave, la mamá de Luz Faingold, quien declaró como testigo en la causa que se le sigue al camarista federal de Mendoza Luis Miret. Con sus 80 años a cuestas, la mujer relató las penurias que el magistrado le hizo pasar a su hija en 1975.

Casenave contó que al momento de la detención, en agosto de ese año, su hija Luz cursaba el 5º año del colegio secundario en Mendoza, era delegada del curso y estudiaba música. Estaba de novia con un estudiante de Medicina llamado Eduardo, unos 2 años mayor que ella.

La alerta de Casenave se encendió la noche del 28 de agosto de 1975. Luz no regresaba y tras varios llamados telefónicos a sus conocidos, la mamá constató que no estaba en la casa de ninguno de ellos. Tampoco estaba con su padre, Natalio Faingold.

“Ahí empezó mi desesperación como madre”, rememoró Casenave, psicóloga y asistente social. Intentó denunciar la situación a la Policía y la respuesta que obtuvo fue: “Las parejas jóvenes suelen escaparse de la casa de los padres”. Luego de algunas averiguaciones, la madre de Luz supo que su hija, de 16 años, estaba detenida en el Palacio Policial, conocido como D2.

Hasta allí se movilizó y quien la atendió fue un comisario de apellido Sánchez quien se comprometió a entregarle a su hija pero no cumplió. El por entonces juez Luis Miret prohibió la restitución de Luz al hogar.

Unos días más tarde, supo por allegados que Luz sería indagada por el juez Miret. Casenave llegó al edificio de Tribunales e irrumpió en la sala de audiencias donde estaban su hija, Miret, el actual camarista y el por entonces fiscal (también denunciado ante el Consejo de la Magistratura) Otilio Romano, 2 “soldados” y un secretario.

Ante la consulta de Miret, Casenave dijo que era la madre de Luz Faingold y el magistrado la obligó a retirarse. La mujer se negó y le dijo al actual camarista que estaba cometiendo un delito porque no podía interrogar a una menor sin la presencia de alguno de sus padres o, en su defecto, de un tutor.

“Mi hija era un pajarito vencido, un ser arruinado, oprimido”, rememoró Casenave y dijo no entender “cómo un hombre grande [como Miret] no tuvo piedad”. Contó que, durante el interrogatorio, el entonces juez –a quien tomo el tiempo denominó “pseudo-magistrado”- le hizo levantar a Luz varias veces la voz.

“¿Cuáles eran los motivos por los cuales Miret se negaba a entregar a Luz?”, le preguntó Héctor Masquelet. Casenave recordó que el magistrado argumentó que ella y su ex marido no le garantizaban a la joven, de 16 años, una “garantía moral” pero enfatizó que ni siquiera fueron entrevistados por miembros del juzgado o asistentes sociales que pudieran constatar las condiciones del hogar.

Sobre las violaciones que sufrió Luz mientras estuvo detenida en la D2, Casenave señaló: “Fue lo más doloroso que pasé en mi vida”. Dijo que, al ser ultrajada con los ojos vendados, su hija no pudo ver al autor de la violación, pero que el comisario Sánchez habría sido uno de los criminales.

“Miret tuvo la oportunidad de ser un hombre de ley y sin embargo fue cómplice de los violadores”, asestó Casenave, ante una sala conmovida por su testimonio. Luego, ante la consulta del defensor oficial designado para defender a Miret, la mujer dijo que el interrogatorio no parecía de un juez sino “policial”.

En septiembre de 1975, Luz fue liberada por una gestión de su mamá ante el entonces ministro de Isabelita, Ernesto Corvalán Nanclares. Pero el ensañamiento no terminó allí. Pocos días después del cumpleaños número 18 de Luz, la policía regresó a su hogar a buscarla y, por una casualidad, la joven estaba de vacaciones con su papá en otra zona de Mendoza. En ese momento, la familia decidió que la chica se trasladara a Uruguay.

Luz Faingold ingresó en la Facultad de Psicología de Montevideo, y también hasta allí llegaron sus captores. Casenave recordó que su hija salió de rendir la asignatura “Psicología Evolutiva 2” y en la puerta de la casa de estudios la esperaban agentes de INTERPOL para detenerla.

El juez uruguayo se negó a la extradición por su condición de menor y en ese momento Casenave decidió viajar a Brasil donde pidió asilo en Francia ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Allí vivieron exiliadas. Luego, regresaron a Mendoza.

Casenave finalizó su testimonio con una fuerte invocación a los consejeros presentes (Masquelet, Diana Conti y Santiago Montaña) a abrir el proceso que lleve a la remoción de Miret porque el actual camarista mendocino “era un embrión de la dictadura”.

 

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bárbara komarovsky / dju
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