Juez de la Sala C de la Cámara Nacional de la Apelaciones en lo Civil hace tres años y con una carrera en el fuero de 34, Díaz Solimine sostiene que el pilar de su proyecto es “revincular la Asociación de Magistrados”. “Creo que tenemos que recomponer relaciones con el Poder Ejecutivo y sus ministerios, con el Consejo de la Magistratura, con la Unión de Empleados. Hoy la Asociación tiene que revitalizarse y lograr relaciones institucionales más firmes, no tan personalizadas”, agrega.
Las elecciones en la AMFJN son el próximo 20 de noviembre. Jueces, fiscales, defensores y funcionarios de todo el país elegirán al nuevo presidente de la entidad y al Consejo Directivo. Díaz Solimine es el candidato de la Lista Celeste que competirá contra el actual presidente de la Asociación, el camarista en lo Civil y Comercial Federal Ricardo Recondo por la Lista Bordó, que viene ganando en las últimas cuatro elecciones.
Solimine (profesor de derecho procesal civil en tres universidades y fundador de la pagina web http://www.practicasprocesales.com.ar que en 2003 obtuvo la certificación IRAM de las normas de calidad ISO 9000) también buscará hacer valer uno de los pilares de la plataforma de la Lista Celeste: que los secretarios también puedan ser jueces subrogantes.
¿Cuáles son las propuestas de su lista?
El proyecto es revincular la Asociación de Magistrados con otras instituciones del Gobierno. Creemos que hoy la Asociación no está en diálogo prácticamente con ningún sector. Creo que tenemos que recomponer relaciones con el Poder Ejecutivo y sus ministerios, con el Consejo de la Magistratura, con la Unión de Empleados. La Asociación de Magistrados. Hoy la Asociación tiene que revitalizarse y lograr relaciones institucionales más firmes, no tan personalizadas. No necesariamente entendemos que hay que salir a los medios a cruzar cuestiones como que los jueces estamos presionados por la lentitud en las decisiones de las denuncias que tenemos. No digo que no exista esto, ni que no pueda ser un factor de presión. Por otra parte, queremos que se analice más en detalle la ley de subrogancias. Queremos que los secretarios sean consideramos en la reglamentación de la ley. Creo que necesitamos una presencia institucional en el Consejo de la Magistratura para la cuestión de los jueces denunciados. Se necesita una presencia de la Asociación en lo que tiene que ver con la Obra Social que siempre funcionó bastante bien pero ahora que viajé por el interior del país he encontrado un caso peor que el otro en problemas de los afiliados.
¿Qué análisis hace de las denuncias de presiones a los jueces?
Cada juez es el Poder Judicial y la independencia se hace con la firma, cada vez que uno firma una sentencia. La presión puede ser subjetiva, en donde uno se autopresiona porque cree que tal caso puede ser conflictivo. Pero otra cosa es que llame alguien.
Los cuestionamientos del Gobierno hacia el Poder Judicial son compartidos en gran medida por la sociedad. ¿Qué autocrítica hacen los jueces?
Las presiones a los jueces no son nuevas, es algo que viene desde el minuto cero del Consejo. Yo estuve en el Centro de Formación de Jueces Federales en Washington y con otros colegas preguntamos cómo manejaban el tema de las denuncias contra los jueces. Ellos en tres o cuatros días resuelven la denuncia. No puede ser que un juez esté ocho meses, un año esperando a ver que es lo que Consejo decide con respecto a su denuncia. En la última conferencia de jueces, Lorezentti destacó que antes la denuncia era una excepción y hoy día es un recurso judicial, cuando no me va bien en el expediente denuncio en el Consejo.
Pero también hay jueces que pueden manejar los tiempos de los expedientes en causas que tienen a funcionarios políticos y eso es una presión al denunciado
Esto es algo que hay que corregir. Creo que se trata de una cuestión en la que está comprometida la acción de los jueces y también de los legisladores que son los que regulan las normas procesales para buscar qué solución hay para obligar al magistrado a que avance la causa. Creo que lo peor que nos puede pasar como ciudadanos es la denegación de justicia. Y el transcurso del tiempo sin una solución es una denegación.
¿En qué estado cree que se encuentra hoy la capacitación de los integrantes del Poder Judicial?
Se ha avanzado bastante si miramos para atrás, donde se conoció el caso de la jueza que se decía que no sabía hacer sentencias y preguntaba si había alguna tablita para regular honorarios. Ahora es casi imposible que hoy un juez pregunte eso. En ese sentido, las evaluaciones del Consejo de la Magistratura son una cuota muy importante. Hay muchos cursos y posgrados sobre especialización en administración de Justicia de la Asociación a los que hay que llevar los casos de litigación compleja para que los jueces lo expliquen. Esos son los ejemplos que necesitamos y no la cita del derecho francés.
¿Y en materia de informatización de la Justicia?
Estamos en una transición. Hay un gran impulso de la Corte Suprema de informatizar y llegar al expediente electrónico. Hay que unificar la gestión de los expedientes a través de un mismo sistema de informatización y programa. Hoy tenemos distintos programas no solo por fuero sino en el mismo fuero entre primera instancia y segunda instancia, por ejemplo en Civil. La Corte propone unificar no solamente la Justicia Nacional y Federal sino toda la Justicia del país.