Lo característico de la afirmación de la Mandataria, es que tanto ella como su marido son abogados, y se inclinaron por una profesión social. Sumado a ello, recientemente la Presidenta había atribuido a “nuestro patrón cultural” el rechazo que tiene la mayoría de los jóvenes a las llamadas ciencias duras.
Para tener más en claro la cuestión, es interesante mencionar que se estima que la industria argentina requiere unos veinte mil ingenieros y sólo se reciben mil por año. En cambio, sólo en la Universidad de Buenos Aires, se gradúan dos mil quinientos abogados por año. Si se suman los egresados de todo el país, más los que salen de las universidades privadas, la cifra se triplica, además de que aproximadamente existen ochenta matriculados por día.
El asunto a plantear, es porqué los jóvenes se inclinan más por las ciencias de la humanidad, y descartan en gran medida las que les requiera un mayor esfuerzo matemático o gráfico. ¿Será que se posee la ferviente convicción de tener una mayor salida laboral?, ¿tendrá que ver con la lucha por la justicia o la verdad?, ¿o se relacionará con elegir una carrera más convencional?
Diversos interrogantes giran en torno a este asunto, y varias opiniones surgen en razón de ello. El Presidente de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, Beinusz Szmukler, opinó al respecto que “yo estoy de acuerdo con la Presidenta en eso que hace falta mas profesionales para el desarrollo productivo del país, estoy seguro que debe haber más ingenieros. El que haya una carencia de este tipo de profesionales, es un producto de un atraso en el plano económico a raíz de que existió un largo periodo de destrucción de la industria propia.”
Manifestó a su vez, que considera que muchos jóvenes se inclinan por la carrera de Abogacía, debido a que se puede estudiar trabajando, y no tiene el rigor horario que tiene otras profesiones.
Respecto a si los alumnos buscan la verdad o la justicia en esta carrera, expresó que “lamentablemente en la época que yo estudiaba en gran parte era así, pero esto se ha ido deteriorando. La inmensa mayoría de los estudiantes busca una salida laboral con un buen ingreso económico“, aclarando que el porcentaje que estudia por vacación de justicia no es mayoritario.
Por otro lado, el Presidente del Colegio de Abogados de la Plata, Pedro Augé, opinó que “por un lado la abogacía es una carrera tradicional en un país donde hay pocas salidas laborales, y donde la abogacía sigue dando cabida a profesionales. En estos momentos, hay una matriculación muy grande, una gran oferta académica que ha facilitado mucho la capacidad de acceder al estudio, pero el problema es que se ha sobrepoblado la matricula de abogacía, y esto genera que muchos jóvenes encuentran frustración,” en el momento en el que quieren acceder a un empleo.
Expresó además que “lo que se busca es una salida laboral, el compromiso con determinados valores superiores va en segundo término. No es la prioridad la búsqueda por la excelencia de la justicia. La elección de esta profesión genera una idealización, una aspiración, pero no existe una real correspondencia con el mercado profesional. Sin embargo, es verdad que en los años de crisis, la medicina y la abogacía tenían posibilidades laborales y otros profesiones no.”
A esto, explicó que antes, no había incentivo para trabajar ni invertir en la industria, pero ahora hay un resurgimiento de nuevas fuentes de trabajo, alegando que “el país puede estar dando otro tipo de alternativas, la agroindustria da nuevas posibilidades a los ingenieros, los cuales tiempo atrás no tenían trabajo y hacían lo que podían.” En contraposición a ello, el Presidente de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, Carlos Alberto Andreucci, manifestó que “si se diera la consigna que ella dice no podría haber sido Presidenta”, agregando que “hay que estimular todas las profesiones, no solamente la ingeniería, sino todas las ciencias que hacen al desarrollo de la sociedad en equilibrio.”
Adicionó a lo expresado, que “los abogados son tan importantes como un ingeniero porque también construyen la defensa ciudadana, diseñan la mejor calidad institucional, proyectan acciones para la defensa de los derechos humanos y la plena vigencia de la constitución”, añadiendo que “esta carrera es asidamente seleccionada por los jóvenes por la fuerte humanidad y sensibilidad que presenta, ya que está vinculada con las necesidades y problemas ciudadanos, con un compromiso de acción para limitar los abusos de poder y con un valor esencial que es la justicia.”
Por último, enfatizó que la abogacía “dejó de ser una profesión altamente rentable”, y que es una profesión de alta militancia, explicando que según su opinión, “de la misma manera que hay que estimular a los ingenieros y otras profesiones, hay que promover la mejor calidad de formación y actualización de los abogados, fortaleciendo la tarea de las universidades para una mejor calidad normativa, que es un rol fundamental del Estado, y donde las entidades profesionales estamos trabajando para ello activamente.”