Con el paquete denominado “Cambios de vida de las mujeres”, se trata de definir una nueva línea que separe el homicidio del asesinato. Así, las víctimas de violencia por parte de sus parejas que dieron muerte a sus maltratadotes, podrán evitar la cadena perpetua, recibiendo una condena sustancialmente inferior.
Esta propuesta, forma parte de una reforma legislativa impulsada por el gobierno británico que ya fue enviada al Parlamento. La misma, contempla un nuevo mecanismo de defensa parcial, que permitirá que en los casos premeditados, las mujeres puedan alegar el "temor a una violencia seria", no teniendo que probar que actuaron espontáneamente. Es importante destacar, que esto sólo se tendrá en cuenta en casos excepcionales.
Por otra parte, con este proyecto, el Gobierno de ese país, prevé poner fin a una tradición normativa que data del siglo XVII bajo la que la provocación constituía un alegato para la defensa del hombre, que escapaba así de la acusación de asesinato en base a la "provocación" perpetrada por la infidelidad de la mujer.
Por lo cual, lo que se intenta lograr, es que los hombres que maten a sus parejas, no puedan utilizar como argumento válido para atenuar su sentencia, el hecho de que las mismas los hayan provocado o mantenido relaciones extramatrimoniales.
En respuesta a esto último, la ministra británica para la Mujer, Harriet Harman, defendió esta iniciativa que duró 4 años en confeccionarse, destacando que "no puede haber ninguna excusa para la violencia doméstica y mucho menos para matar a nadie".
La violencia doméstica es un grave problema de nuestros tiempos, y se configura a través del empleo de la fuerza física como psicológica, causando abusos, daños y lesiones que afectan a uno o varios integrantes de la familia.
En muchas ocasiones, este tipo de violencia tiende a empeorar con el tiempo. Lo que se inicia como abuso emocional, puede llegar a causar daños corporales, pudiendo generar la muerte de la víctima.
En Argentina, se establecen agravantes para aquellos que lesionen o causen al muerte de un miembro del grupo familiar, ya sea el ascendiente, descendiente o cónyuge.
A principios de este año, un informe de la Organización Mundial de la Salud, reveló que un 30% a un 60% de las mujeres de América Latina son objeto de maltrato. En los últimos 7 años, en Guatemala se produjeron 3.300 asesinatos de mujeres, y en Honduras 1.000, donde la mayoría de ellos quedaron impunes. En la Argentina, los crímenes contra mujeres constituyeron entre el 78% y el 83% de los delitos de violencia entre 1999 y 2003.