El Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO) además solicitó a la Justicia que hasta que se resuelva la acción, “se suspendan todas las autorizaciones que han sido conferidas a la fecha y ordene también la prohibición de la utilización y comercialización de todas las semillas de este tipo existentes a la fecha”.
En la demanda que quedó radicada en el juzgado a cargo de María José Sarmiento se hace mención a distintos casos y estudios que demostrarían los daños concretos que produce el cultivo de maíz transgénico sobre los cultivos orgánicos, como “pérdida de la mayor inversión realizada, de prestigio, de mercados, de los fletes y nuevas y costosas inversiones”.
En Argentina hay cerca de 1700 productores orgánicos que cultivan tres millones de hectáreas, según informó hoy el MAPO.